¡El día del Libro lo celebramos también en el cole!
Y por un día nos convertimos en escritores.
Por una parte trabajamos la dinámica de los #microcuentos,140 caracteres para expresar un pequeño relato.
Y además, pudimos crear nuestras propias historias a partir de comienzos de libros de Gabriel García Márquez... ¿Quieres leerlas? Te adelantamos algo en estos fragmentos
Acababa de sonar el
despertador cuando la lluvia cesó de caer. Sabía que ya era la
hora, necesitaba este preciso momento ya que su salud dependía de esto.
Apagaba el cigarro con la lluvia que había en el poyete de la
ventana. Juraba que sería el último, a pesar de que inmediatamente
ya estaba pensando de nuevo en fumar. Pero en ese momento apareció
algo que cambiaría su vida.
En el poyete vio una
cámara y allí empezó una nueva afición. Durante muchos meses
trató de aprender a hacer fotos con la cámara. Cuando conseguió
hacerse con ella fotografió todo lo que estaba a su alrededor. Pensó
que las imágenes que tomara iban a ser su memoria el día de mañana,
y así lo hizo. Las imágenes con el tiempo eran recuerdos
dolorosos...
Acababa de sonar el
despertador cuando la lluvia cesó de caer, me puse muy contento y me
di una duchita fresquita, me vestí y después me fui con mi novia
Ariadna. Dimos un paseito por el parque y nos encontramos a un perro
abandonado.
Mi novia estaba comprando
una Cola Cola cuando lo vimos, y de repente le encantó. Así que, a
partir de ese momento, ese perro ya tenía dueños.
Estábamos disfrutando
mucho del paseo hasta que se le ocurrió la idea de darme un beso en
aquel banco lleno de skinheads. Aquel tío de cabeza rapada, botas y
pantalones militares, ojos azules inyectados en sangre, nos había
visto y se acercaba hacia nosotros...
Me dolía la cabeza y la
verdad es que no me acuerdo muy bien de lo que pasó; solo se que me
desperté en la parada del autobús. Cogí el primero que llegó y
terminé perdida por Leganés. Me dí cuenta que tenía un corte en
la ceja y fui al hospital que pude encontrar. Desgraciadamente me
confundieron con otro paciente y me metieron al quirófano. Vi en una
caja un corazón y empecé a temblar, no quería ver sangre ni nada
parecido. Como pude, salí corriendo y para olvidar lo sucedido me
fui a un bar cercano. Allí estaba ella, la protagonista de la nueva
historia, una mujer pelirroja con un parche. Sin dudarlo me acerqué
a hablar con ella...



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